Enrique Montalvá, Concejal de Agricultura y Servicios para la Ciudad de Alzira. / EPDA El sector agrario, además de estratégico para mantener una soberanía alimentaria, que ya hemos perdido, es también una fuente de ingresos para nuestros pueblos y ciudades y una fuente de creación de empleo.
No podemos dejar caer uno de los pilares y motores más importantes de nuestra economía: el sector primario. Los agricultores y ganaderos españoles necesitan protección ante la invasión de productos procedentes de otros países que cuentan con una mano de obra mucho más barata y generan una competencia desleal. Y contra esto es casi imposible luchar.
En la actualidad la mitad de los productos del campo que entrar en la Comunidad Europea, son procedentes de países terceros. Productos, que en la mayoría de los casos, no cumplen las mismas normas que se imponen desde Europa a los productores españoles. Esto provoca una competencia desleal que perjudica y agudiza los problemas a nuestros agricultores. Sin olvidar la excesiva y complicada política agraria burocrática que aún profundiza en la situación del sector agrícola y que supone excesivos gastos que son inasumibles y que dejan al campo español sin rumbo.
La otra mitad de los productos del campo está en manos de las grandes cadenas de distribución, que han conseguido entre unos pocos, dominar los precios de los productos y romper la cadena alimentaria que forman millones de agricultores que, cada uno desde sus pueblos y ciudades, ofrecían sus productos consiguiendo ingresar beneficios y tener un sustento de vida. Ahora los costes de producción se han disparado, mientras los ingresos sufren una importante reducción.
La agricultura no es una moneda de cambio, es una obligación de todos defenderla.
No sólo corresponde su defensa a los agricultores sino a todos los ciudadanos. El sector agrícola es imprescindible y siempre ha estado al lado de las personas. Por ello y desde la unidad por parte de todos, se debe dejar de utilizar como ariete político para golpear y derrotar al adversario. Si nos mantenemos unidos conseguiremos una agricultura de calidad, capaz de dotar a la sociedad de alimentos seguros y de garantía.
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