El politólogo Juan Vicente Pérez Aras. EPDA España cuelga el cartel
de “vacaciones” con el permiso del César monclovita, escondido
en sus retiros presidenciales y encantado de que el bueno de Sabina
ponga letra a su canción de verano con las nuevas matemáticas
inclusivas, el impuesto a los madrileños o las olímpicas medallas
que se auto otorga por su no-gestión de la pandemia a pesar de la
cogobernanza. Maestros de la propaganda, la factoría monclovita
sigue a pleno rendimiento generando cleavages que mantengan la
tensión en el punto que a ellos les interesa. Con el Parlamento
silenciado, el Ejecutivo repartiendo prebendas y la Justicia asaltada
por los talibanes sanchistas, la hoja de ruta para el cambio de
régimen sigue su curso. Para ello, nada mejor que ir creando
enemigos a los que culpabilizar de las plagas bíblicas, con una
eficaz estrategia avalada por sus altavoces mediáticos.
El mejor ejemplo, la
nueva campaña dirigida a cercenar los principios de libertad
económica que han permitido a la Comunidad de Madrid convertirse en
el motor económico de España. Pero no por casualidad. Desde 2003 se
llevan aplicando políticas con un marcado perfil liberal, aprobando
rebajas fiscales en los impuestos donde tienen capacidad de gestión.
Eficacia y eficiencia que les ha llevado a recaudar un 46% más que
la media española, simplemente aplicando la ecuación de más
personas trabajando y pagando menos impuestos. Los ciudadanos de
Madrid lo han tenido claro, como también Feijóo en Galicia o Juanma
Moreno que está aplicándose en desmontar el cortijo socialista,
situando a Andalucia dentro de ese eje de crecimiento y prosperidad,
desbancando por primera vez a Cataluña en la creación de empresas.
Por no hablar de Murcia y Castilla-Leòn. Los baluartes populares
apuntalan ese cambio que empieza a apreciarse en la sociedad.
Empeñados en socializar la pobreza, la igualdad mal entendida,
generando una sociedad subsidiada y anulando los principios de
mérito, capacidad y especialmente la cultura del esfuerzo, este
gobierno sigue dándonos lecciones y escondiendo sus vergüenzas,
aquellas que tanto jaleaban a los demás y que ahora silencian
vergonzosamente.
Con la pandemia de
escudo, han manipulado todo lo manipulable exhibiendo una impúdica
superioridad moral, para regocijo de todo el ecosistema progre. Un
“todo vale” que profundiza la brecha de la España invertebrada,
aumenta las desigualdades y vacía de contenido los preceptos
constitucionales. Aplican el rodillo totalitario, el dogmatismo
ideológico y el adoctrinamiento social sin ningún rubor para salir
y “vendernos” su relato. Lo del precio récord de la luz es de
nota. Tres años llevan ya, y la culpa es del PP. Su sesgada memoria
histórica se olvida que padecimos los “brotes verdes” de ZP
y sus nefastas consecuencias. Ahora, su alumno aventajado busca
superar la triste marca de su maestro a pesar de la confirmación
demoscópica que sigue apuntalando la recuperación de los Populares,
que poco a poco van extendiendo la marea Azul por la piel de
toro. Una tendencia que se consolida y que empiezan a encender las
alarmas en el complejo monclovita.
Pero Sanchez, el
superviviente, es consciente de que el tiempo puede jugar a su favor
y en el manejo del mismo la izquierda imparte doctrina. Tiempo y
dinero a espuertas que nos llega desde Bruselas que le van a permitir
desplegar su talento embaucador con una España exhausta. La vuelta
del verano promete y el otoño nos va a mantener muy entretenidos,
con Valencia de protagonista, porque no todo va a ser Madrid.
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