Luis Ibáñez No se puede negar la existencia del cambio climático; pues hay muchos datos que avalan este hecho. Sin embargo, sí que en numerosas ocasiones se confunde con el comportamiento cíclico de la atmósfera, que puede considerarse normal. Así las cosas, se achacan al cambio climático las gotas frías que con bastante frecuencia afectan a comarcas próximas al mar mediterráneo en otoño, principalmente durante los meses de octubre y noviembre. Basta con recurrir a datos históricos para constatar que son habituales los grandes temporales de lluvia en la franja mediterránea que provocan devastadoras inundaciones. Cabe recordar la inundación que se registró el 14 de octubre de 1957 en Valencia, por el desbordamiento del río Turia, que causó numerosas víctimas e importantes daños materiales.
También se atribuyen al cambio climático, los episodios de temperaturas bastante por encima de sus valores normales en invierno, cuando son originados por las corrientes de aire del sur o sudoeste, provocadas por la posición de las borrascas o anticiclones.
En cuanto a los comportamientos atmosféricos que vienen a confirmar que estamos inmersos en un cambio climático figura la elevación de las temperaturas que se está produciendo. Si establecemos comparaciones con lo que ocurría tan solo hace unas pocas décadas, podemos apreciar claramente que los inviernos son ahora más cálidos. Hasta mediados del siglo pasado casi todos los años se producían grandes nevadas y en algunos inviernos incluso hasta en dos ocasiones. En cambio, en las últimas décadas, las nevadas son menos frecuentes e intensas y hay varios inviernos en los que no se llegan a producir temporales de nieve destacados.
También hemos podido escuchar de personas que tienen una edad avanzada, que últimamente, no refrescan las temperaturas tanto como lo hacían en otros tiempos, a partir de mediados de agosto.
Otro dato que viene a corroborar que las temperaturas se han elevado por el cambio climático, es que la vendimia se ha tenido que adelantar casi un mes en comparación con las fechas en las que se llevaba a cabo hace 60 años.
Las primaveras y los inviernos más cálidos que se están produciendo están provocando un adelanto muy destacado en el ciclo vegetativo de las vides.
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