El gran escritor venezolano Rómulo Gallegos bautizó este fenómeno como ?La Primavera de Oro de Venezuela?. Foto ANCA24
Ubicado
al suroeste de la ciudad de Maracaibo, colindando con la Base Aérea
Rafael Urdaneta y el Aeropuerto Internacional La Chinita, se encuentra
el Jardín Botánico de Maracaibo. Este espacio abandonado representa hoy
en día el único bosque que tiene esta importante metrópolis venezolana,
ya que concentra una gran cantidad de arboles en un área mayor a 2
kilómetros cuadrados.
Con
una extensión de más de 200 hectáreas, más de 3.000 árboles y 1.280
especies de plantas el Jardín Botánico es sin duda alguna una
importante referencia forestal del área metropolitana de Maracaibo.
Gracias a esto entre los meses de marzo y abril se presenta un
espectáculo único en la ciudad que protagonizan los araguaneyes, los
curarires y los guamachos que allí se encuentran, es la “Floración de
Oro”.
Durante
tres o cuatro días, una vez al año, las flores de estos árboles se caen
por su peso y crean una especie de alfombra amarilla que compite con el
radiante sol de la zona y es lo que preconiza la primavera venezolana.
El gran escritor venezolano Rómulo Gallegos lo bautizo como “La
Primavera de Oro de Venezuela”.
Dada
la importancia ambiental, ecológica y conservacionista que el Jardín
Botánico reviste, ha sido blanco de numerosas investigaciones
científicas. Una de estas ha encontrado una especie de marsupial que se
creía extinto en estas tierras, además se han encontrado evidencias que
en esta zona habitan zorros y otros mamíferos con las mismas
características.
Algunos
podrán pensar que esta situación es producto de un esfuerzo planificado
que dispone de presupuesto y personal calificado, pero se equivocan.
Todo esto se genero después de que en 1999 cerrara al publico este
importante espacio natural, y que hasta los momentos no hay ningún tipo
de planteamiento que lo rescate del abandono en el que está sumergido.
Solo investigadores, estudiantes universitarios, grupos ambientalistas
y los scouts visitan regularmente este bosque maracaibero, que por
supuesto lo hacen sin alterar los distintos ecosistemas que la ausencia
del hombre ha creado.
Sin
lugar a dudas la Fundación Jardín Botánico de Maracaibo, y su director
Juan Morillo, han trabajado muy duro para que este espacio no caiga en
la desidia total. Tanto así que tienen un excelente programa que busca
rescatar la siembra de árboles frutales y forestales nativos del Zulia,
sobre todo los que están en peligro de extinción. Este programa se
llama “Arboles por la Vida” y que ha recibido muy buenas
críticas de parte de los expertos, pero por desgracia no tienen una
ayuda importante tipo para seguir desarrollándose adecuadamente. Entre
las plantas que tienen en su vivero están caoba, cedro, saharito,
guayacán, ébano, hierba luisa, menta, albahaca, tua-tua, guanábana,
Chirimoya, mango, nísperos, tomate de árbol, cacao porcelana, entre
otros.
También
el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas esta de lleno
con el desarrollo del Jardín Botánico de Maracaibo. Esta institución
tiene proyectado instalar en este espacio el Centro de Investigaciones Botánicas y Agroforestales,
que sería un gran impulso para los que desean realizar estudios en
estas materias. Además ha apoyado y financiado investigaciones que se
han realizado en estos espacios, y que han contribuido a comprender su
importancia forestal.
El
hombre, directa o indirectamente, es la principal causa de la
desaparición de los bosques. Desde que fue cerrado al público, el
Jardín Botánico ha crecido y expandido como nunca lo había hecho, tanto
así que se ha descubierto nuevas especies de flora y fauna. Aunque
muchos abogan por el rescate de este espacio natural, el futuro nos
dirá si la reapertura será beneficiosa para el único bosque de urbano
del occidente del país.
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