Vayamos al grano. Estoy hasta los Webs, sí, que queda más fino, pero en castizo quiero decir que estoy hasta los mismísimos huevos de:
-Los partidos y los políticos corruptos que se han enriquecido estos últimos años. Hasta los Webs de que la justicia no los enchirone y se pudran en la cárcel hasta que devuelvan lo robado
-De los bancos, cuya avaricia está en el origen de la situación en la que nos encontramos. Nos llevan al precipicio y ahora: 1. No prestan dinero. 2. Desahucian a las familias poco solventes a las que, en general, le dieron un crédito a sabiendas de que no había garantía de que lo pudieran devolver. 3. Nos han subido las comisiones y ya pagamos hasta por dar los buenos días a la cajera de turno.
-De los que ahora utilizan la crisis como chivo expiatorio. La crisis es una mierda, sí, pero tu vida ya lo era antes de que comenzara este hundimiento. Es más fácil echar balones fuera que: 1. Ir al psicólogo o al psiquiatra. 2. Montar una empresa. 3. Irse al extranjero a buscar fortuna. 4. Vivir de los padres como has hecho toda tu vida. Pero ahora la crisis sirve de exusa para casi todo. Tampoco es eso.
-Estoy hasta los Webs de la mediocridad, de los vagos, de los sinvergüenzas, de los sátrapas -que diría mi amigo José Antonio- o de los leguleyos.
-También estoy hasta los mismísimos de la injusticia, de la corrupción y del nefasto nivel de los políticos de este país. Que sí, que hay excepciones, pero yo estoy hasta los Webs de los chorizos.
-Y estoy hasta los huevos de los independentistas. Pero, ¿acaso los gilipollas no saben hacia dónde nos dirigimos en un mundo globalizado?
(Este y otros artículos se pueden leer en la sección de El Picudo de www.elperiodicodeaqui.com)
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