En La Devesa del Saler, el histórico Hotel Sidi Saler sigue deteriorándose frente al mar. Si nadie lo impide acabará cayéndose y si esto ocurre, como desean algunos, Valencia perderá uno de los pocos referentes turísticos en primera línea de playa de la capital, junto a Las Arenas y poca cosa más. En Compromís, partido mayoritario del gobierno municipal, querrían que fuese derruido y, en su lugar, ganar unos metros de arena y dunas. Pero la tercera ciudad de España no puede permitirse el lujo de perder un hotel en primera línea, haciendo compatible el amor por la naturaleza y el medio ambiente con un turismo de calidad y sostenible.
Pasear por la Devesa, entre árboles o en paralelo al mar o la Albufera, es un lujo al alcance todos, aunque muy pocos valencianos disfrutan de esta maravilla de la naturaleza. Desde el pueblo del Saler, tras desayunar o almorzar en Ca Pepe, un sendero te lleva hasta primera línea de mar, para navegar a pie en paralelo al Mar Mediterráneo hacia el restaurante l'Estibador, en dirección a Pinedo, o desde Duna en dirección a las torres y Gavines. En este sentido acabas por encontrarte un mastodonte en descomposición, el Hotel Sidi Saler, en primera línea de playa, al que unos cuantos quieren que desaparezca por su miopía y sectarismo.
Valencia debe proteger el Parque Natural de la Albufera, mejorar la calidad de sus aguas, sin olvidar que es un lugar donde coexisten usos históricos, como el de los pescadores, agricultores y cazadores. Un Parque Natural y su entorno de playas casi vírgenes que deben mimarse y protegerse, pero haciéndolas compatibles con un turismo sostenible. Por ello, deben preservarse también los restaurantes que ya hay en las playas, los campings, el campo de golf y, sí, también, el Hotel Sidi Saler, que puede atraer un turismo de calidad, amante de la naturaleza.
La capital del Turia debe aspirar a convertirse en una capital turística de primer orden en el Mediterráneo. Para ello, es imprescindible desarrollar una idea de ciudad cosmopolita, amplia, no sectaria. Una capital que genere riqueza a sus habitantes, que sea ambiciosa y pueda competir con Barcelona, Málaga o Alicante. Una ciudad que no puede permitirse perder uno de los pocos hoteles emblemáticos y singulares como el Sidi Saler.