Varios operarios durante los trabajos de traslado del sarcófago del escritor Vicente Blasco Ibáñez desde el Museo de Bellas Artes hasta el Cementerio General. EFE Un grupo de técnicos especialistas en el transporte de
piezas de arte han trasladado este martes el sarcófago de Blasco Ibáñez, obra
de Mariano Benlliure, desde el Museo de Bellas Artes, donde se encontraba
actualmente, hasta un almacén municipal, donde quedará custodiado hasta su
instalación definitiva en el Cementerio General.
La concejala de Patrimonio y Recursos Culturales, Glòria Tello, ha explicado
que el sarcófago será trasladado al vestíbulo del Cementerio General
"cuando la gran pieza de mármol que debe servir de apoyo para el sarcófago
esté lista”, por lo que ha previsto que sea después del próximo lunes 12.
En los trabajos de traslado han participado seis operarios y una pequeña grúa
para desmontar el sarcófago pieza a pieza, que pesa 1.400 kilos en total, y
depositarlo de manera temporal en un depósito municipal en el que estará
custodiado los próximos días.
Tello ha comentado que el Ayuntamiento de València está trabajando para
"poder emplazar el sarcófago de la manera más fiel posible a su diseño
original", por lo que la pieza de mármol encargada ha supuesto "una
dificultad extra y un poco más de tiempo, ya que hay que traerla desde fuera”.
Tras la muerte de Vicente Blasco Ibáñez en Menton (Francia) el 28 de enero de
1928 y la instauración en 1931 de la Segunda República Española, se formó un
comité para cumplir con el deseo del escritor de ser trasladado a València, por
lo que el consistorio local encabezó las iniciativas planteadas para el
traslado de sus restos.
El 29 de octubre de 1933, a bordo del acorazado Jaime I, llegaron los restos
del escritor al puerto de València, donde le esperaba una comitiva oficial
encabezada por el presidente Alcalá Zamora, que le rindió honores en un acto
que congregó a más de 300.000 personas que acompañaron el traslado del enorme
féretro hasta la Lonja, donde fue expuesto durante unos días, para ser
conducido posteriormente a la sala de concejales del Cementerio General.
Ese mismo año, el Ayuntamiento encargó el arquitecto municipal Javier Goerlich
un monumento funerario en el Cementerio General, proyecto que constaba de un
jardín valenciano en cuyo centro se situaría la cripta y un mausoleo, coronado
por un sarcófago labrado por Mariano Benlliure, que puso en marcha la obra en
1935 y la terminó en dos meses.
Los trabajos arquitectónicos sufrieron retrasos y quedaron paralizados al
estallar la Guerra Civil, por lo que a causa de la victoria franquista, el
proyecto se abandonó, y el sarcófago pasó en 1940 al Museo de Bellas Artes,
donde permaneció hasta el año 1998, en el que fue trasladado al claustro gótico
del convento del Carmen, aunque en 2017, por petición del Consorcio de Museos,
retornó al Museo San Pío V.
“Ahora, el Ayuntamiento de València ubicará definitivamente el sarcófago
labrado por Benlliure en el Cementerio General al objeto de que esté en el
lugar para el que fue concebido".
La concejala ha destacado "los esfuerzos de la Concejalía de Patrimonio y
Recursos Culturales, de la Concejalía de Cementerios y los Servicios Centrales
Técnicos" para dicho fin.
Tras diferentes opciones estudiadas, Tello ha explicado que se ha considerado
como "ubicación idónea el vestíbulo del cementerio, un espacio amplio y
digno, que ensalza la obra de Benlliure y permite contemplarla por todas las
personas que visiten el lugar", además de garantizar la conservación de
sarcófago, al tratarse de un espacio interior.
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