El escritor Juan Benito Rodríguez Manzanares. EPDA Paseando por
centro histórico de Valencia, más exactamente paseando muy cerca
del lugar donde está admitido por los historiadores que se fundó la
ciudad romana de Valentia Edetanorum en 138 a. C. por Décimo Junio
Bruto Galaico (180 a. C.-113 a. C.), encontramos frente al actual
Pasaje de Emilio Aparicio Olmos, el cual está flanqueado por la Real
Basílica de Nuestra Señora la Virgen de los Desamparados y la
Catedral Metropolitana de Valencia dedicada a la Asunción de Nuestra
Señora, un conjunto religioso-arquitectónico que actualmente es
indisoluble, compuesto por la Capilla de San Valero y la Casa de
Punto de Gancho, también llamada Casa Sancho.
Ese indisoluble
conjunto religioso-arquitectónico al que hago referencia tiene su
explicación, la cual es sencilla, pero en extremo curiosa.
Haciendo un poco
de historia hay que comentar que en el punto donde se encuentra
actualmente el conjunto capilla/edificio, se piensa que estaba
situada la cárcel donde estuvo prisionero el obispo Valero (s. III –
315) llamado «el Confesor», hasta que fue desterrado de Valencia
sin haber recibido martirio. Mas, como apunte histórico, hay que
comentar que en ese mismo proceso que llevó al destierro al obispo
Valero, también estuvo implicado el diácono Vicente, discípulo del
mismo, el cual tuvo peor suerte que su maestro, pues fue cruelmente
martirizado y finalmente desollado y quemado en una parrilla, siendo
conocido posteriormente como San Vicente Mártir (s. III – 304).
Años, siglos
después, en 1719 el canónigo Jaime Sivera (¿?-1772) encargó
construir en ese mismo lugar una capilla que se denominaría Capilla
de San Valero y San Vicente Mártir, aunque en la actualidad se
conoce tan sólo por el nombre de Capilla de San Valero, la cual
tiene una gran puerta adintelada de estilo barroco flanqueada por
unas pilastras de estilo toscano. Sobre el dintel de la puerta hay un
óculo de generosas proporciones y sobre el mismo se abre una amplia
hornacina donde se haya un busto de grandes dimensiones de San
Valero, realizado a finales del siglo XX por el escultor valenciano
Rafael Orellano (1925), motivo por el cual se conoce a esta capilla
tan sólo como la Capilla de San Valero. Rematando la hornacina hay
un frontón triangular. Hay que destacar que sobre el dintel de la
puerta encontramos una inscripción que pone: «Año 1719», que es
el año en que se construyó.
En el interior de
la capilla, no demasiado grande, hay un altar y sobre él, en la
pared, un retablo bastante sencillo en su realización con una sola
imagen en el centro, que está dedicado a San Valero. Ambas piezas
provienen del desaparecido convento dominico de Santa Catalina de
Siena, situado donde hoy está el Edificio 1 de El Corte Inglés, de
las calles Pintor Sorolla-Colón. Estos elementos se instalaron en la
capilla en 1970, cuando las monjas dominicas se trasladaron al nuevo
monasterio de Santa Catalina de Siena construido en Paterna.
Además, es
preciso comentar que, en el interior, sobre una gran piedra hay dos
sillares arqueológicos con una inscripción cada uno. Estas
inscripciones son las siguientes:
«Hic fvit
Valerivs in vincvlis circa annvm domini CCCVI»
Que podría
traducirse como:
(«En esta cárcel
estuvo Valero hacia el año del Señor CCCVI»)
«Qvasi thvs in
igne vicentivs odore svae sanctitatis effvdit»
Que podría
traducirse como:
(«Como el olor
del incienso en el fuego, Vicente huele a Santidad»)
Más, con el
devenir de los años, el entorno de la capilla fue albergando más
construcciones y, pasó algo que realmente resulta curioso y digno de
mención, pues en lugar de preservar la capilla intacta para el culto
y construir a su alrededor, se permitió construir un edificio
justamente sobre ella, sí, encima de ella.
Este edificio de
construyó en 1906 como pone explícitamente en su alto en un hastial
apuntado flanqueando las letras mayúsculas AS. El proyecto nació de
la mano del arquitecto valenciano Manuel Peris Ferrando (1872-1934),
siendo este un edificio de viviendas que consta de planta baja y
cuatro alturas, habiendo dejado la capilla de San Valero en el centro
de la fachada en la planta baja.
El edificio tiene
dos medianeras, una con el actual Centro Arqueológico de la Almoina
(Limosna), y la otra con la Oficina de nuevos alumnos de la
Universidad Católica de Valencia. Además, cuenta con dos fachadas
exteriores, recayendo una de ellas en la Plaza del Arzobispo, siendo
esta la menos importante y que podríamos calificar de «la parte de
atrás», y la otra fachada, la principal, recae en la Plaza de la
Almoina, 4.
El edificio está
construido en estilo modernista valenciano, el cual incluye una rica
ornamentación vegetal con una impresionante decoración esgrafiada,
por la cual le viene el sobrenombre de «Casa de punto de Gancho».
En la decoración de la fachada principal destaca un bello y
llamativo color rojo/granate mezclado con blanco, mientras que en la
poca decoración de «la parte de atrás», es el color azul el que
se entremezcla con el blanco.
En su primera
planta tiene dos generosos miradores con un parteluz, uno en cada
esquina del edificio y tres grandes ventanas, siendo la central más
pequeña y situada directamente sobre la capilla de San Valero. En la
segunda planta encontramos cinco generosos balcones, en la tercera
planta un balcón central y miradores a ambos lados y, en la cuarta
dos balcones corridos a ambos lados del edificio y una ventana
central.
Algunos de los
antepechos de los balcones están construidos en piedra, luciendo una
profusa ornamentación y otros están construidos en hierro forjado,
siendo estos muy retorneados y con innumerables filigranas.
La fachada
principal está dividida verticalmente, teniendo en sus separaciones
unas pilastras que están diseñadas como si fueran troncos de
árboles. A la altura de la cuarta planta esas pilastras se unen dos
a dos con unos grandes arcos. Los altorrelieves de su paramento, es
decir, de su fachada, son obra del escultor Joaquín Real.
Sin lugar a dudas,
aunque el conjunto histórico-artístico no es visitable en su
interior, es una parada ineludible para todos aquellos amantes de la
cultura, la historia, la religión y la arquitectura.
Valencia es
sinónimo de patrimonio histórico-artístico.
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