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El Partido Socialista de Sagunto atraviesa un momento difícil. En 2007 obtuvo el peor resultado de la historia, con 6 concejales, igualando los que obtuvo Francisco Crispín tras la reconversión industrial. El grupo municipal ha estado enfrentado con la ejecutiva local, hasta que ésta fue disuelta por la dirección regional del partido, hace ahora justo un año. Las primarias eligieron candidato al secretario general defenestrado, Manolo Carbó, en contra de José Luis Chover, el histórico concejal que contaba con el apoyo de Valencia. Al no haber ni gestora, ha sido la ejecutiva provincial la que ha dirigido el proceso de confección de la candidatura.
Carbó, primero; Chover y Nuria Hernández, a continuación. El resto, caras nuevas.
El bando que apoyó a Manolo Carbó está enfadado. También Chisco Santibáñez, el mirlo blanco que pudo ser y no fue. Aunque éste ha optado por no romper el partido.
Hasta aquí, un resumen de las discrepancias familiares del PSPV saguntino que han animado el cotarro preelectoral hasta ahora. Pero, ¿y a partir de aquí?
José Luis Chover ha dado el primer paso para cerrar filas junto a Manolo Carbó, pero éste, empujado por los jóvenes cachorros que ladran por no ir en la lista, está exponiéndose con sus últimas actuaciones a la expulsión del partido. Los socialistas deben hacer un ejercicio de reflexión profunda sobre el camino que emprendieron hace tiempo y darse cuenta de que no serán alternativa de gobierno si primero no se aclaran entre sí. Todos los implicados han cometido muchos errores, pero alguna vez deberá ser el momento de saber perdonarse y pasar página si quieren gobernar.